Álvaro Retes
31 de marzo 2004
Seminario Bautista de Chile
Clase de Espiritualidad
Profesor Esteban Fonseca
Al dar una mirada general a la Iglesia evangélica, me deparo con un sin número de anomalías y de expresiones tanto teológicas, como litúrgicas que escapan de lo netamente cristiano, a pesar que la propia palabra cristiano, tiene connotaciones propiamente culturales en nuestro mundo y la mayoría de las veces es lo mismo que occidental.
Por esta razón mi crítica la tratare de centralizar en el que hacer nacional, dando una mirada a la iglesia Evangélica Institucional.
No me referiré a cuestiones teológicas de fondo, sino más bien a lo que se ve a simple vista.
1. Veo a la Iglesia evangélica perdida en el horizonte tratando de encontrar un blanco para acertar.
a. En cuestiones numéricas: Se ha sacrificado lo cualitativo en el altar de lo cuantitativo. Con esto no quiero decir que lo cuantitativo no sea importante, mas bien, creo que es el resultado de la profunda comunión y compromiso que tenemos con Cristo y su misión (Misio Dei)
b. Las conversiones con simpatías. La gran pregunta que se hace hoy a los visitantes de nuestros servicios de adoración, es: “¿Le gusto la reunión?” y no, si entendió el evangelio. Lo que vendría a ser una oda a la irrelevancia.
2. Veo la Iglesia luchando por la representatividad.
a. Un afán de ser reconocida por el estado y los medios, alimentándonos solo por reconocimientos.
b. Una feroz lucha por poseer la última revelación y ser portadora de lo nuevo de lo “in”, olvidándonos de lo sencillo.
3. Veo a la Iglesia sumergida en lo suyo, en los sueños de los que las gobiernan.
a. La iglesia como plataforma de los sueños personales.
b. La iglesia como entretención de los que han llegado a ocupar un espacio dentro del templo, para impedir el éxodo de estos. Cosas evangélicas, para evangélicos, despreocupándonos de la gran tarea de la evangelización mundial.
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